miércoles, 18 de abril de 2012

Están los que llevan amuletos, los que hacen promesas, los que imploran mirando al cielo, los que creen en supersticiones y están los que siguen corriendo cuando les tiemblan las piernas. Los que siguen jugando cuando se les acaba el aire, los que siguen luchando cuando todo parece perdido, como si cada vez fuera la última, convencidos de que la vida misma es un desafío. Sufren, pero no se quejan, porque saben que el dolor pasa. El sudor se seca, el cansancio termina, pero hay algo que nunca desparecerá: la satisfacción de haberlo logrado. En sus cuerpos hay la misma cantidad de músculos, en sus venas corre la misma sangre, lo que los hace diferentes es su espíritu, la determinación de alcanzar la cima. Una cima a la que no se llega superando a los demás, sino a uno mismo...


4 comentarios:

  1. Me gusta el texto, que razón. Hay una genética mas allá de la muscular si no de la actitud frente a las cosas.

    Soy Frutos111 de Culturismo-Fitness, saludos.

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  3. que placer verte por aqui¡¡me encanta tu blog¡

    Me encanta la fras esta,de no rendirse ante nada,seguir luchando por tus sueños aunque a veces seas el unico que puedas verlo,merece la pena luchar por tus objetivos hasta el final,aunque tengamos que sudar sangre todo los dias en nuestor lugar favorito para conseguirlo^^y asi con todas las cosas de la vida.


    saludos maquina¡

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  4. Totalmente de acuerdo.

    Gracias y un abrazo.

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